Jesucristo reside ahora de modo invisible en su Iglesia en la persona del Espíritu Santo. Antes de dejar a sus discípulos, Jesús les aseguró que el Padre les enviaría «otro Consolador… el Espíritu de Verdad».1 La palabra griega que se traduce por «otro» es un término específico que significa literalmente «otro de la misma especie». Durante tres años y medio, en cumplimiento de la profecía de Isaías de que Él sería llamado «Consejero», Jesús guió,
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